Un año más,.. la colombofilia se hace presente en los centros educativos llevando consigo al símbolo de la Paz, la paloma.
El día 30 de enero muchos centros educativos centran toda su actividad en desarrollar distintos actos en torno a la PAZ y la paloma. Este año al ser sábado el 30 de enero, ha sido el 29 la fecha señalada por los colegios en el calendario para solicitar la colaboración de los clubes de colombofilia.
En el Centro Educativo Los Salesianos, en los centros educativos de la zona de Escaleritas, en E.I. Los Pitufos, en el CEIP Fernando Guanarteme, en el CEIP Saulo Torón en Telde,.. y así en múltiples Centros de Primaria e Infantil.
En este caso exponemos las fotos del CEIP Saulo Torón en el municipio de Telde, donde el Club Colombófilo Doramas sigue su caminar en la colaboración con los recursos sociales de la zona. Gonzalo, vicepresidente del Club, nos remite las siguientes ilustraciones para recrearnos de ese momento siempre especial donde la colombofilia está presente con los menores bajo un mismo objetivo, La Paz.
Cuento para los mas y menos peques
Un avión se dirigía a una ciudad enemiga para lanzar una bomba que lo destruyera todo. Estaban en guerra desde hacía mucho tiempo. Cuando el avión sobrevolaba la ciudad, el piloto pulsó el botón que dejaba caer la bomba. Mientras caía, una paloma fue volando hacia ella y la enganchó con sus patas. Luego, la llevó volando hasta la ventanilla del piloto y le dijo:
- Perdone, señor, pero se le ha caído esto.
Y la paloma la volvió a meter dentro del avión, por donde había salido. El piloto creía estar soñando. Volvió a pulsar el botón y la bomba volvió a caer. La paloma cogió otra vez la bomba, e hizo lo mismo:
- Perdone, señor, pero se le ha vuelto a caer esto.
El piloto creía estar volviéndose loco. Por más veces que intentó tirar la bomba, no lo consiguió. Tuvo que regresar a su base. Pero cuando contó lo sucedido, nadie le creyó. Le tomaron por loco.
Esto se volvió a repetir muchas veces en uno y otro bando. Al final, los aviones no podían tirar las bombas, porque siempre se las devolvían. Lo mismo ocurría con los cañones. Cuando un cañón disparaba una bala, una paloma lo cogía al vuelo y la volvía a meter dentro del cañón.
Llegó un momento en que tuvieron que parar la guerra. Las palomas no les dejaban tirar bombas, ni disparar cañonazos, ni pegar tiros. Así no se podía hacer la guerra. Los dos bandos que estaban enfrentados, decidieron unirse para acabar con aquellas palomas que no les dejaban luchar.
Estuvieron mucho tiempo persiguiendo las palomas, pero no podían acabar con ellas. Lo intentaron de muchas maneras, aunque todo fue inútil. Al final, de tanto perseguir juntos a las palomas, los dos bandos que estaban en guerra, se hicieron amigos y firmaron la paz. Desde entonces, a esas palomas, las llamaron palomas de la paz.
Fotos de la jornada
 
 
 
 
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